viernes, 12 de septiembre de 2008

Triangulo

Abrimos la puerta y de la puerta salía.
Por un instante nos quedamos pasmados,
Inmóviles en la soledad del cuarto.
Corrimos
Nos ocultamos detrás del sillón.
La respiración de Nico empañaba mi cuello.
Me toma la mano, estaba sudorosa por el miedo.
Lo vemos pasar, enorme…
Nuestras pupilas se agigantaron, y los latidos del corazón se agolparon al unísono.
Sentí su cuerpo vibrar junto al mío, su brazo por mi espalda.
Se acercaba, cerramos los ojos esperando lo peor.
Me lo dijo al oído
Le sonreí.
Y ahí estaba frente a nosotros.
Gritamos
Y desapareció, sin dejar un único rastro.
En el vidrio golpeaba la rama del árbol, y el frío se colaba por la ventana.

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