viernes, 31 de julio de 2009

Chau, tirate a un pozo.

Chau, tirate a un pozo.
Chau, tirate a un pozo.
¿Qué hago escribiendo a las 5 AM?
Chau, tirate a un pozo.
Hay un gorrión en la ventana.
Chau, tirate a un pozo.
Quiero hacer pis y no puedo,
Convencida, y solo un par de gotas.
Literalmente par.
Chau, tirate a un pozo.
No tengo fósforos, ni encendedor. Y el magiclick anda cuando tiene ganas.
Caliento el agua para mate en la estufa.

Chau, tirate a un pozo.
Chau, tirate a un pozo.
Chau, tirate a un pozo.

Tengo los dedos pegoteados de miel, ni ganas de lavarme las manos.
Chau, tirate a un pozo.

Hay un cadáver de manzana en el escritorio.
Chamuscado.
Marrón
Oxidado.
Chau, tirate a un pozo.
Chau, tirate a un pozo.

Escucho un barrendero.
Es decir, escucho la escoba de un barrendero.
Mejor dicho, escucho las hebras de una escoba dar contra el asfalto, supongo yo, de un barrendero.
Chau, tirate a un pozo.
La computadora tiene virus. Viruses. Plural.

Chau, tirate a un pozo.
Roncan.
Los vecinos roncan. Todos roncan.
Hasta la almohada.
Chau, tirate a un pozo.

Chau, tirate a un pozo.
¿Quién escribirá los horóscopos de Bazooka?
Chau, tirate a un pozo.

Esta lista el agua. Pero no quiero cambiar la yerba.
Chau, tirate a un pozo.
¿Que mas da?

PD: Chau, tirate a un pozo.

Night marea

Noche de pesadillas. Las mantas desparramadas por el suelo.
La almohada vacía.
Arrancándome costras de piel.
La evidencia enredada en las uñas.

El ruido de las picadas nocturnas, alucinaciones en el espejo.
El tic-tac del reloj. Me ahorca el collar.
Destello de luces volátiles en la pared.
Fondo blanco de agua.
Un Alien parado en la puerta.

Escucho dejos de sonidos entrelazados. Un grito de niño, un despertador gallego. La marcha peronista, un caño de escape.

El deseo, mi cuerpo que extraña tu carne
Y entre pesadillas pide a gritos un roce de tus manos.
Ya no más nada.
Enciendo la luz, Khalil Gibran. Desayuno.

En mi cabeza retumban frases de ensueño.
Absurdo zurdo.
Abzurdo surdo.
Poison en los labios.
Desubicado como torticolis en el culo.
El llanto de las amígdalas.
Imágenes engrampadas en la mente.
Un edificio con subsuelo de laberinto… pisos amarillentos.
Un yeso en la pierna, las escaleras. Como iguana.
La puerta trancada.
Una vieja. El papel.
Estampidas, calles nocturnas y frías.
Los cobanis. Manos a la pared.
El celular que no anda.
Hoy día luna, día pena.

miércoles, 29 de julio de 2009

Me alejo dragón


Me alejo dragón.
El fuego de tu garganta antes entibiaba mi cuerpo…
Hoy lo incinera, lo consume… solo deja ceniza inservible, gris, desparramada.
Azul, libre ser que quiere volar, mas con sus pequeñas alas no llega lejos, siempre ronda el mismo reino.
Sufro, porque has hecho que te quiera, tapo la congoja con la ausencia.
Cruce de miradas, momento arduo. Mayor tensión mayor peligro.
Tu lengua filosa parece mutilada esas tardes de silencio. Mudez que ocupa los ocasos de incomodidad y desconfianza.
Tus ojos vacíos, tu chispa apagada. Y huyes solitaria bestia.

No tengo miedo a perderte, porque no se si alguna vez te tuve… temo a quererte y no poder olvidarte.

Cuesta dejar de lado tu mirada al acecho, tus palabras sabias, tu risa eufórica, tu esencia azul interplanetaria.

Tu inmutable corporalidad eriza mi piel. Me alejo, pues el mínimo roce seria mortal.
Mis ínfimas lágrimas no alcanzan para que sientas la salinidad en tus venas.
Ocultas tu salvaje fortaleza en guaridas oscuras. Y las ideas lijan tus imágenes.
Jungla de infortunios.
Mi magia no puede contra necios, no sirve en desconfianza.
Marcho a otro rumbo, mas no me mires porque si no no puedo.

Fears & Dragons


Un rejunte de improvistos.
Colección de miradas turbias.
Unos pasos perdidos y enredados.
Par de locos desquiciados.
La ultima baba del vino.
Las canillas de las casas ajenas aguardan el saqueo nocturno.
La nariz blanca.
Amaneceres recostados en el pasto.
El frío en las venas, pero el calor en la sien.
Sonrisa con mandíbula.
Tu pelo mezclado en mis uñas mordidas.
Conversaciones inesperadas.
Tu mano sujeta la mía dentro de tu bolsillo calido.
La pestaña de la borrachera
Persecuciones de espaldas.
Las baldosas nocturnas.
El barrio.
Los policías, la playa, el perro.
Tu cuerpo en el banco de piedra.
Mi cuerpo sobre el tuyo.

Te quiero y me da miedo.
Te quiero y no te lo digo.
Por miedo a perderte simulo no quererte.
Por miedo a tu miedo que te quiera.

Te quiero y no quiero aceptarlo, porque yo no me enamoro.

sábado, 18 de julio de 2009

Cómplices

El sentimiento bipolar
Visión desecha
La luz iniluminada
La saliva dibujada
Fito Páez en los oídos
La ceniza derramada
Memoria perdida
Pies gastados
Warro
Los besos ruidosos
El sudor en las venas
La sangre
Colores cortados
Mandarina interestelar
El dinero revolcado
Decisiones indefinidas
Neuronas independientes
Las nueces
El léxico rasguñado
Sueños sujetados con alfiler de gancho
Tu carne con dulce de leche.
Citas perdidas ocasionales
Calavera rueda
La llama naranja.
El sentido consumido
Azul eléctrico
Tu boca
El rejunte de sobrantes
Risa entrecortada
Fanfarroneo
Vainilla con manzana
Pétalo
Imitaciones españolas.
Las formas que toma el polvo.

Meditacion de Quilmes


Yo no quiero ser un Rodolfo, no me quiero convertir en un fracaso aburrido, arrastrando los pies por una ciudad que no me apetece. Viviendo una rutina que no me pertenece.
Yo no quiero dejar de luchar por mis ideales, no quiero olvidarlos.
Yo no quiero que mis sueños se desplacen, se sustituyan por cuestiones de la vida mundana.
Yo no quiero cansarme del amor, los muchachos y el sexo fácil.
Yo no quiero suplantar emociones por aburridos trabajos.
Yo no quiero que lo añorado se vaya en un barco sin retorno.
No, no quiero ser un Rodolfo, un ex ganador que ya ni es jugador.
No, no quiero.

Tu cara al revés

Tu cara al revés, sobre mis piernas, parejamente dobladas y enredadas como lo india que soy. Tu cara al revés. Beso tu boca dada vuelta, río cuando sonreís porque imagino ojos en tu pera, a vos te pasa igual, entonces reímos juntos.
Cierro tus ojos con mi mano. Las pestañas largas.
Pequitas en el rostro desparramadas. Como gotitas de pintura.
Tu cara al revés, un tobogán pequeño perfecto justo al medio.
Mezclo tus cabellos, los enredo en mis dedos.
Tironeo un poco, lo necesito, es el impulso el instinto.
Reis, tu cara al revés.
Las bocas encajan perfecto.
Encorvo mi cuerpo un poco. Tu cara al revés.
Tus piernas cual pinzas toman mi cabeza, hago lo mismo.
Somos presas uno del otro.

La Cena

Reunión por cuestiones protocolares…
Noche de cultura y disfrute.
Canción de dibujos animados, abrazo por la calle.
Haciendo una excursión. Dentro, el aroma a horno.
Los ojos mirones por disturbios de canto.
Mi mente no descansa y mi mano no se detiene.
Camino por la calle, lápiz en mano. ¿Sos investigadora ahora?
El puto pulóver de lana… el dejo de amoniaco.
Abuela vegeta
Conversaciones sobre la María verde.
Gripe, falacias y lucro.
Libro gordo de petete.
Votos robos miedo. K
Preocupaciones, responsabilidades, dinero.
Un gorro de lana para la pava.
Citas celebres
Peronismo proscripto
Venus de milo
Nuestros cerebros sociológicos
Euforia, nervios y hormonas
Ahogada en la multiplicidad de voces.
Las ideas se van por la ventana junto al humo de la pipa.
Mitos argentinos, patriotas y próceres.
Cerveza negra
Rol policial.
Injusticias y memoria.
Las ganas se vuelan con las notas de la armónica que jamás aprendí a tocar.
Gobiernos militares
Papas corte americano
Revoluciones flotando en la espuma del Cinzano.
Literatura ¿Qué tendrá la princesa?
Chisperos de mayo
Elvis Presley, el extracto de malta.
Una mujer en un comedor con 80 niños.
Trivias triviales.
Esculturas de Sacerdotes con niños a la altura del miembro viril.
El espejo del ascensor tapeado.
El viejo huye por el pasillo
Sandro
Suicidio en el cuarto de Ana Frank
Helados, depresiones, problemas monetarios
Encendedores perdidos… trompetas abandonadas.
Ansias e insomnios.
Historias de incomprensiones, victorias, fracasos
Familia, genes, ADN,
Canalización de la ira.
Paco de lucia

Solsticio de luna llena


La nariz chorrea el invierno.
Conversaciones duraderas, alargadas como chicle…
Dilemas redondos, sin principio ni nudo ni desenlace.
El dinero, el tranza, la locura, el auto, los waffles, la distancia mas corta.
Tres muchachas en las hamacas desoladas, nocturnas.
Se enredan en las cadenas y gritan al desenrollarse.
Cantan se elevan.
Un muchacho se atasca en el aro de basket.

Lluvia repentina,
truenos y relámpagos,
rayos y centellas.

Ráfagas de viento. Arena en los ojos.
Estampida. Taza taza.
Una mujer gorda acarrea una jauría.
Paranoia post robo de la Dinocósmica.
Un perro vagabundo, fiel guardián.
Humano de rápidos movimientos, sin orientación, pero con instinto.
Las piernas non stop.
Los linyeras, *108.
Dolor parietal por quema de neuronas
Brazo izquierdo, la vena molesta,
Un encuentro en la sala de análisis.
Un café matutino entre las agujas.
Prostitutas con barbijos.
Chiflido de locos borrachines.
Al doblar la esquina.
La lluvia en el rostro.
Los sentidos acalambrados.
El molesto ruido de bocinas aturde. Erupciona.
Los roces de los cuerpos ponen los pelos de punta.
La sensibilidad erizante.
Un cartel con aerosol rojo de la lucha de los Sin techo.
La fragancia de un limpiabotas se cuela por las fosas nasales.
La mente embebida en deliciosos recuerdos.
Hombres. Hombres. Hombres.
Es el solsticio de luna llena… ¿Se cumplirán las predicciones?
Caras que son puro ojo. Pañuelos coloridos.
Azul y la no creencia en casualidades.
Memoria mastica cerebros.
Y voy llegando,
Carita mojada, la espalda torcida y la mirada turbia.

Despedida


La quiniela, el 56.
El sol en los ojos, la punta de la escollera.
El musgo, el abrazo.
Un cachorro de perro olisqueando la arena.
La nariz de luces.
Las agujas, la tinta.
El golpe.
Un niño con una paleta multicolor.
El cabello húmedo.
Un café.
Un señor con zapatillas estrelladas.
Cruce de avenida desprevenido.
Lo odio por hablarme bien los Domingos.
La huida.
El tren.

Choque


Te vi, juntabas María del mantel.
La cara reflejada en la ventana.
El traga árboles.
Y el brillo de tus ojos se reduce a un destello.
Días entre regalos robados y canciones españolas.
Tristeza lejana de una lejana lejanía
Golfa.
La yaga arrancada
Cazador de sueños
Recuerdos de recuerdos de recuerdos. Recuerdos a la 3.
Sexo en la escollera.

Voces falsas,
gargantas que hablan de celebres,
haciendo comparaciones de sus palabras con actitudes mundanas
vacías de contenido pensante.

Apurada, atolondrada,
me olvide la euforia atascada entre las piernas y el pantalón

Nuez de corazón.
Corazón de nuez, nuez con forma de corazón,
la nuez conduce a tu corazón,
tu corazón sabe a nuez.

Espíritu inquieto.
Tus manos lavando emociones.
La pupila nocturna encierra el verde de tus ojos.
La locura invade los ojos agrandando el negro, que mastica la mancha
Esa locura que rebalsa de energía,
el mundo cuerdo no es lo nuestro, porque no existe,
y yo existo,
porque me siento.

La calle se convierte en ruta.
Vacía
Nocturna
Húmeda
Amarillenta

Seria hermoso morir estrellada escuchando Polaroid.

No fears.

lunes, 6 de julio de 2009

H. luego existo

Su yo diurno es verde… verde. Y de noche se activa la hemoglobina dejándolo azul, todo su cuerpo y su sangre. Sus predicciones azules “Habrá amplia diversidad hasta la próxima dimensión”
Lleva el sello en su cuerpo. Azul, gama de, colores que llegan a. y el centro verde, verde cegador intermitente.

Un aislamiento de la conversación porque algo hacia vibrar su cuerpo. Llamado telefónico.
Vuelta al círculo. Están hablando del arte de llevar pre pizzas en el colectivo.
-Se enredan las paltas, digo patas.-
-Paltas, pies de palta… te debes caer todo el día porque son de una sustancia rara, el jugo parece bilis, como cuando el estomago se vacía de tanto vomito.-
Pies de palta, y recuerdan un dibujo animado de la infancia que tenia una especie de zapatos de banana. Entre generaciones se entienden.

Las calles vacías, la noche acechando.
Solo un lugar abierto carga las tarjetas de colectivo que de nada sirven.
Un payaso paga con monedas de diez centavos tras una reja. Dueño desconfía.
Colectivo comprometedor. Cuando hay pocos pasajeros la gente mira más.
Conversación con un hombre y finalización de la misma tocando una quena artesanal con lo que se gana la vida. Futuras empresas multinacionales en Tilcara.
Un pasajero se levanta diciendo que el era de allí, conversan, añoran, nostalgia.
Sigue sin pagar boleto, nadie confía en que lo haga.
Sube un pasajero en medio de la desolación nocturna, con ganas de darle uno.
Tragamiento de orgullo colectivo en el colectivo.

Caminan, dando expresiones con puras onomatopeyas, pero todo se comprende.
Hay situaciones donde no hace falta hablar.
- se va llenando el living-
Todos reunidos en una parada vacía a la madrugada, en un barrio que la calle cumple rol de ruta. Aguardando el milagro.

Un Alien. Otra antena.

Cuentan una historia de un viejo verde y una muchacha bella de Portugal, morocha ojos verdes. Le es imposible verlo humano, se da cuenta que creo un dibujo animado en su mente todo este tiempo porque. Interrupción mental
- sacó un fierro porque no le quise convidar una seca-
Es así… las ansias de volar y despegar trae sus consecuencias.

Paso a paso. Hora tras hora.

Niebla


Avenida nocturna, plagada de locales cerrados.
Nos adentramos a una vulva blanca, donde múltiples ojos nos observan.
La fatiga se siente en el pulpito de nuestras venas.
Una mujer con ojos de hobbit voltea, en su piel de agua nieve se forma un surco al sonreír.
Hoy no estoy para cuentos fantásticos.
Un relámpago resquebraja el cielo.
La boca mastica, de pronto se cae, se desgrana, se en migaja.
Desparramando células, y cromosomas.
La rebeldía se pega en la suela de los zapatos.
Jamás regresamos.
Necesitamos huir
No es exageración, es salud.
Aparece el muchacho de ojos verde agua, asustado,
sus toboganes púrpuras crónicos están aún mas notables.
Nos acompaña. El y su hipo.
tres horas, el y su hipo.
Se concentra, respira, se olvida, trata de.
El y su hipo.

Una niebla espesa reposa en la ciudad.
Guantes húmedos.
Volvemos al hogar, a sacarnos la mufa de los poros.
A eliminar las toxinas de la energía sobre el suelo.

Apocalipsis flower

Flores del mal.
Jardines sangrientos.
Vuelvo del diablo.
Pétalo infernal.
Dulce savia venenosa.
Raíces, cual manos de mil demonios.
Las hojas como lenguas.
Flores del mal.
Bulbo del diablo.

Se encuentra con el animalejo, le saca una sonrisa, como siempre, él dice. Y la alucinación lo eleva, a rasguñar la locura…momento de éxtasis, auge de la imaginación. Sentimientos como cuando niño.
Cartas de adolescencia.

Flores del mal en los bolsillos.

hombre descalzo es

Ese día fue un algo así como un no día.
El hombre no se sentía, desde dormido.
No tenía sueño para seguir durmiendo, tampoco estaba activo para abrir sus ojos. Ni sentía hambre, sed, o ganas de hacer pis como para inquietarse.
Finalmente se levanto a una hora mediana en la mañana. Pero sin reales ganas de levantarse, tampoco enojado por sentir fatiga y ganas de seguir en cama
El mate no tenía gusto., las galletas que usualmente llamaban su atención y despertaba el azúcar sus papilas gustativas tampoco tenia gusto alguno. Parecía no surtir efecto.. Sus manos temblaban, pero el no sentía profundo malestar. Tampoco se sentía vital como de costumbre. Mas bien, no se sentía.
Así paso el día. Bebiendo agua. Golpeándose. Apretando sus manos. Probando comidas y frutas. Pero nada pasaba.
Salio de paseo, no sentía frío, pero era conciente que estaba en julio, tampoco sentía calor como para desabrigarse.
Fumo verde, pero su mente no se elevaba. También un atado convencional, pero sus pulmones nada decían. Bebió alcohol, pero su estomago no sintió calor. Fue al kiosco por una gula, como la rutina cotidiana, pero no sentía hambre, tampoco dolor de panza ni dulcera en la lengua. Ni siquiera satisfacción mental al ver el dulce de leche.
Llego al hogar, se calentó comida salada, del día anterior, pero tampoco surtió efecto.
Se desabrigo, se descalzo. Y en el instante que sus dedos tocaron el piso frío reaccionaron sus piernas, subiose un escalofrío a las rodillas.
El hombre, se saco las medias para sentir aun mas. Un cosquilleo recorrió sus músculos, sus muslos y abdomen, y también comenzó a funcionar su cabeza, sus sentidos se activaron creando un torbellino en su interior.
El hombre arranco la alfombra a ver que sucedía. Ahí entonces todo parecía elevarse a mayor potencia, las ansias, las fuerzas, los sentidos se agudizaban aun mas.
El hombre se tiro por el balcón, desesperado. Pero no murió, callo parado cual gato que tacha una vida perdida.
Corrió, salto, grito. Se metió en el agua de la fuente de la plaza. Corrió desnudo por las calles y jardines. Y salto de cantero en cantero x la peatonal.
Volvió a sus raíces, trepo una palmera de la costa. Entre el semáforo y la avenida.
La gente alarmada mira, los padres tapan los ojos de los niños, los ancianos creen alucinar. Y los jóvenes toman fotografías. Los policías toman acción poniéndose en papel de héroe, y se lo llevan, con machetes y sirenas. Entre placas y golpizas.
El hombre era un despojo de su tierra, mas bien no era. Y en ese entonces fue, y no se le permitió ser.

Alo July!

Un tag en la pared de enfrente. Una polaina perdida en la calle o en algún colectivo atestado. La memoria se mezcla en días y meses. Se eleva escuchando una música que solo suena en mis oídos.
La zapatilla mojada, por pisar el charco del cordón de la vereda. Vaya uno a saber donde andaría la vista…
Un bulo, baja un viejo verde de un auto. Una mujer vende gorros árabes de colores estridentes en un kiosco.
Mama con placas blancas en la garganta.
Y mi amigo el rasta que se las arranca con el dedo, y yo le digo que haga eso. Y su cara se deforma en una expresión de horror.
Caricias de un púgil, y una voz tierna que se escucha a través del parlante, desde otro continente desparrama su voz en notas musicales.
Plan de viajes, mapas, enredos de pinturas y collares vendibles…
El semáforo en el bolsillo, las mantas.

Los padres que prestan plata, sin entender… lo hacen de onda.
Perdón má, buena onda viejo.
Pero es el porrito, unas florcitas que salen ricas, cogollito rojo.
Y por ende una gula en el kiosco, así a la pasada.
Un vinito, o una birra fresca…
Y el acido que sale, de onda así, tobara. ¡Para aprovechar te digo!
Volver a casa y la librería abierta, el olor a añejo.
El lugar calido, los grandes, precios rebajadísimos, libros viejos usados, escritos, leídos releídos y resubrayados.
Alguna tela estampada un plan de costura, una pintura, un cuadro para regalar. Unos hilos para un bello collar de un caracol que encontramos en la playa…un cd, porque la música es esencial para no enloquecer, o para enloquecer mas, depende.
Unos sahumerios, y una feria americana amiga.

Locas, tranquilas, absorbidas.
Sentadas en el banco de la plaza. La luz amarilla, casi anaranjada sobre sus hombros. La mano derecha sin el guante dibuja estrellas y payasos.
La otra mano con su lápiz de doble cara remarca frases de un grande en un libro viejo.
El faso regalado en la mano. La música en los oídos.
La gente se mueve, pero no las sienten.

Antes, juntos

Solos, en un ambiente enorme.
Solos, en un ambiente donde siempre hay gente.
Solos, en un ambiente silencioso, se escucha el eco.
Solos, en un ambiente donde siempre hay múltiples ruidos.
Solos, en un ambiente de confianza.
Solos, en un ambiente juntos y solos.
En el sillón solos, el cigarrillo esparciendo su esencia.
Los ojos profundos, los pies en la mesita ratona.
La biblioteca nuestra, sola, tranquila.
Los colchones, las frazadas… el mate, el azúcar.
Un globo naranja, una pelota, el partido de futbol.
Las cucharas, las cosquillas, solos.

Una tarde de lluvia, un escape, una vuelta a la panadería.
Las gotas en el rostro, una larga caminata a buscar una bici.
Cruzamos la plaza mojada, desértica. El olor a tierra fértil.
Un beso. Un libro.
Viento arrasador, los árboles se doblan, reímos, las ropas mojadas.
Refugio en el hogar, los cuerpos húmedos. El silencio.

Recostados en el pasto, su brazo bajo mi cabeza.
Los cabellos mezclados,
Cubrimos el sol con un libro. Reímos, me regalas una flor, yo un dibujo.
Intercambiamos rehenes.

Un salón, aislados del mundo.
Un salón, una cúpula de puerta cerrada.
Pequeño lugar, unos cuadros extraños, analizables, delirantes, lisérgicos.
Una mesa, dos sillas. Una ventana rota.
Un chiflido de viento que se cuela.
Él, un libro, un atado.
Unas hojas escritas, con rayones.

Paso, veo su silueta, entro.
Conversaciones, abrazos, apretones.
El forcejeo,
Las manos que se agarran mientras sus cuerpos se alejan en direcciones contrarias.
Las miradas perforantes perturbadoras.
Los cabellos arrebolados.

jornada de tortas

Luego de una jornada en la Dinocósmica bajo la lluvia, con frío y gotas en la cara, pedaleaban al hogar, calido refugio, pies descalzos, música, libros y alimento caliente.
Fatigadas, pedaleaban. Los gemelos dolían. (Deberían de llamarse mellizos, porque de seguro no son idénticos)
Un auto color azul, turquesa, aguamarina, tornasolado llamó su atención, olvidando lo que hablaban.
(Solían jugarle una competencia a la memoria, por lo que a veces anotaban palabras, oraciones o secuencias, que en oportunidades tampoco recordaban haber anotado, si no que encontraban tiempo después los papeles arrugados y garabateados dentro de la mochila sucia, al fondo, casi un abismo al meter la mano)
A B le duelen las piernas, pero quiere llegar, y va rápido.
Y las gotas le impiden la visión, hay viento, casi un vendaval que se levanta de pronto entre los edificios.
Lu que tiene guantes, negros, cortados, sujeta las manos de B desde el manubrio en el que va sentada.
Impide que el frío acalambre sus dedos blancos, que no le cale los huesos, que no la inmovilice.
Y sus manos están engrasadas, horas antes la cadena enganchada.
Y van rápido, y no ven, y ríen.
Y golpean a una vieja encapuchada en el costado se cuerpo, y esta las putea malhumorada.
Piden perdón, pero no paran, volver a arrancar seria una tarea difícil.
- ahí esta el restaurant que comes torta libre que te contaba-
B entonces frena de golpe y Lu sale despedida de la bicicleta.
Miran por la vidriera, y justo ese día no trajo el candado. Pero la dan vuelta, ruedas para arriba y se sientan en la primera mesa para verla.
Sus ojos brillosos, sus cuerpos acalorados, el pelo pegado al rostro mojado, las narices rojas, y una sonrisa de oreja a oreja.
Unas viejas en diagonal a la mesa que escogieron las miran, y hablan de sus plantas mientras ven pasar corriendo la gente en la vereda nocturna bajo la lluvia.
Ellas dos pegan la nariz contra la vidriera de tortas. Y se sientan a comer pidiendo lo mismo, para compartir sensaciones.
Una de frutilla y crema y una de chocolate dulce de leche y crema cada una.
Devoran y llega el submarino y ahogan la barra de chocolate en la leche caliente, la ven desarmarse y estamparse contra el vaso transparente.
Y la leche blancuzca se va tiñendo, amarronada la espuma que rebalsa. Y los múltiples trozos de chocolate, bailando en un remolino, girando en un carrusel lechusco. Lu levanta la mirada del submarino, para probar el sabor de esa combinación perfecta.
Ambas raspan el plato al unísono, y se levantan en busca de más torta. Piden dos de vainilla y mousse, y dos de chocolate con dulce de leche y cobertura de chocolate amargo. Una nena del café se acerca a su mesa, y poco a poco va tomando confianza.
Malena tiene dos perros blancos, Melisa y Pedro.
- como mi hermana- dice Lu. Y le orinan la habitación
Es bipolar. Es la dueña del lugar y fanfarronea, y en la televisión, (esos que cuelgan del techo de los lugares comestibles) están dando “los padrinos mágicos” y B canta la canción de presentación contenta.
La niña se enloquece, acerca su cara a la de B y canta, y luego se queda repitiendo con voz de loro “quiero papa” “quiero torta” por mucho rato. Y ellas se miran, y ríen confidentes.
Buscan más torta, esta vez vuelven con dos de coco y dulce de leche y dos de ricota para bajar un poco, y una rosca de chocolate.
La niña sigue ahí, morocha, vestida de rosa. Y trae su computadora de juguete, que hace ruidos y voces y amenaza con no prestarla.
- no doy más- pero siguen, y mastican y el azúcar se sale por sus ojos.
Los dedos pegoteados, el buzo con migas.
La niña trae billetes de mentira y alardea su falsa fortuna.
Mientras se escucha la voz del dinosaurio violeta Barney saliendo del computador de plástico, la niña toca una guitarra invisible y las zamarrea.
Receso.
Buscan sanguches de miga, y vuelven a sentarse. Es un relajo estomacal.
Lu bizca sus ojos, B ríe, y hacen morisquetas entre el jamón y el morón.
La nena las reta y las acusa de tirar sobres de azúcar en el baño. Y esta loca, es bipolar.
Les regala un dibujo de dos nenas en un corazón y se va un rato.
Van a buscar más torta, llenas hasta el hartazgo y regresan con una de vainilla y crema, una de frutas y crema, y con chocolate en barra con dulce de leche y una cereza frondosa.
Un señor adentra al lugar, saluda y se sienta a mirar la televisión.
Cambiando los dibujos animados por un partido de fútbol, el cual por respeto pone en silencio (¡milagro!)
La niña vuelve, con un folleto de mundo marino y remite a B a su infancia.
- ¿conociste a la ballena Gloria?-
- ¿Cuál?-
- Ahora se murió-
- ¿A dónde?-
- ¿A dónde que?-
- A donde se murió-
Y ríen, porque la niña no entiende y B le explica, disimulando y mintiendo piadosamente.
La niña dice, - claro se murió-
Y se miran, con las pupilas agigantadas - ¿me esta cargando?-
Y ríen, escupiendo migas al aire.
El hombre se levanta y se va, antes vuelve al canal original.
Bob Esponja ahora ocupa la pantalla. B hace ruido de delfín con su boca.
La torta de coco esta dura y les cuesta terminarla
La niña mirando a B fijo a los ojos le dice – solo tengo una parte de vos-
Y se va. Lu se queda inmóvil, mirando a B, esperando que levante la mirada, que separe sus ojos de la torta, y esta dura, con el tenedor encremado.
La situación es extraña, pero no se dejan hundir en ella.
No pueden comer mas, pero los restos se cobrar, así que mastican y van como 20 porciones, y mas de cinco sanguches.
La nena miente sobre su cumpleaños, y tenemos su cara hasta en la cereza, Lu le dice entre señas que la ignore, y la niña abraza a B, y mira con cara de mala a Lu, como leyendo su mente.
Pero tiene solo cuatro años.
Una “paso de los toros” pomelo viene bien para bajar la dulcera. Esperan que sus estómagos descansen un poco y terminan de comer.
Una visita al baño, se despiden y montan en la mojada Dinocosmica que aguardaba pasiva afuera, y se marchan.
Luego de una dosis loca de taller literario y plaza, van camino a lo de Lu a desmayarse a la cama. Están a ocho cuadras, cuando B apoya su cuerpo cansado sobre el de Lu, olvidando estar pedaleando en una bicicleta y la mochila de ella vuela, y la pasan por arriba con la bici, luego Lu sale despedida de la Dinocosmica y hace un paso y se enreda con sus pies, y cae en el asfalto. Tendida bajo lluvia, el guante roto, el auto de frente con sus luces cegadoras y la risa.

Diferentes hierbas

Es Domingo al mediodía. Un hombre se encuentra sentado en un sillón bordo mirando el noticiero donde transmiten una nota sobre un allanamiento producido en una casa donde se encontraron 80 Kg. de marihuana. Sus dos hijos están en el mismo lugar, el menor esta sentado a su lado, y el mayor dándoles la espalda, absorbido por la computadora.
- ¿Qué es marihuana? – pregunta el mas chico.
- Es una droga – responde el padre al mismo tiempo que pone en silencio el televisor porque hay propagandas.
El mayor voltea, y esquivando la mirada de su padre le dice a su hermano – es una planta- el hombre cambia su expresión por una cara de enojo y eleva su tono de voz.
- es una droga que te quema las neuronas y quedan todos tarados, no jodamos.-
- es natural, no hace mal como los químicos-
- callate la boca queres, que no sabes ni limpiarte el culo solo y me vas a venir a decir a mi lo que hace mal. Uds. tienen el cerebro lavado, están al pedo todo el día, en nuestra época eso no pasaba, porque estudiábamos o laburábamos, o las dos cosas juntas, pero Uds. no hacen nada-
El hombre enfurecido esta rojo, y escupe un poco al hablar.
- ¡bueno che! ¡No te calentes!-
- me caliento porque todo se vino abajo, en la época de los muchachos estas cosas no pasaban, había normas, reglas, respeto. Y se cumplían, no como ahora que no existen-
El hombre hace movimientos bruscos con las manos al hablar, dándole énfasis a cada palabra, la vena de su frente esta tan marcada que parece explotar, su hijo lo mira fijo, con odio e impotencia, y el menor abre los ojos a medida.
-porque la Argentina de hoy es así, tenemos una presidenta zurda, ex montonera que llevo el país a la ruina, con un sistema que no sirve, mientras gasta guita en carteras y cirugías, sin contar la otra que tuvimos, que era puta y gritaba por los pobres mientras tanto tenia vestidos traídos de parís. Es así, exportamos franelitas drogones y estamos llenos de artesanos rastudos con piojos, sucios haciendo el macramé ese, y en invierno se van al norte en busca de calor, como los animales a seguir rascándose las pelotas debajo de un árbol fumando porro.
Cada día hay un nuevo paro hecho por negros piqueteros sin dientes que quieren el plan dignidad y la vacación, no saben ni hablar, y queman gomas “losotro queremo ir a la mar del plata” y el gobierno zurdo les paga, y vinieron, y mearon la ciudad. Llegan colgados del tren, las gordas con cinco crios a cuestas. Y en cada puto semáforo que paras hay un vago tirando palos para arriba con la cara pintada, mendigando, porque no se van a levantar cajones al puerto si quieren una moneda!
Pero todo esta bárbaro, sigamos así que se nos va joya, que la legalicen y fumen todos, que se venda en los kioscos así la única neurona que tienen se les quema, si no sirven para nada, y si es tan trucha que tiene veneno mejor, así se mueren retorcidos como ratas-
Su hijo lo sigue mirando fijamente, y el pulso se acelera, y la respiración cuesta. Y el paro

Dulce Delirio

Estas hermosa, tenes la locura a flor de piel,
me dijo devorándome con sus profundas pupilas negras.
Sus manos como serpientes danzaban al ritmo de la melodía lisérgica.
Mi cara chorreada, el maquillaje lacrimoso.

Salimos a la intemperie. Abandonamos el falso microclima.
El calor humano se desprende de nuestra piel con cada paso.
Es una noche de guantes prestados.
De mano en mano.
Literalmente.

Caminando por la calle, con una damajuana.
Nos sentíamos escupidos de la época, diría J.A

Entre conversaciones de animes de ojos grandes vamos a la plaza.
Parada.
Y con saliva de unos varios el loco de jopo pega un afiche con su cara.
Orgulloso. Es bello.
Pupilas impactantes.

Auto pistero, cuerpo plateado, ojos azul eléctrico, y un gruñido carrasposo.
Nos persigue.
Nos encierra.

-Salio la cerveza Duff, tomas una y quedas amarillo-
Petit pausa mental.

Palabras sin sentido. Palabras inventadas.
Y la real Academia.
Mis oídos detienen su funcionamiento. Mi cerebro analiza.
El vocabulario se haya denigrado, pisoteado,
desparramado por el suelo cual meo de borracho.
El lenguaje se ha deformado tanto…
Vuelvo a ser una mas del montón, a usar esas absurdas muletillas que no dejan terminar las oraciones,
las dejan inconclusas sin darles una muerte digna.
Son un simple esbozo de pensamiento desligado de cualquier otro,
volando por la atmosfera que alcanzan a percibir nuestros oídos.

Con cuadrados tallados en su rostro, y una oreja caída acariciaba a Bauer, el perro que vigila la plaza.
Hay sospechas de que sea la encarnación de alguno.
Hace poco se murió uno de los crotos.
Tal vez, tal vez no, tal vez son solo dulces delirios de falopa

¿porque llueve? pregunto nicolaspedrettifijman

¿Porque llueve? Me preguntaron
¿Por qué llueve?

Llueve porque las calles necesitan sacarse de encima tanta mugre.
Llueve porque a todos nos gusta ocultarnos bajo el paraguas, que aguarda pasivo el armario esperando salir.
Llueve porque necesitamos sentirnos vivos al notar el frío de las gotas en nuestro rostro.
Llueve porque en el fondo todos queremos saltar en los charcos.
Llueve porque los niños juegan con barcos de papel en el cordón de la vereda.
Llueve porque nos encanta caminar abrazados por las calles mojadas.
Llueve porque tenemos excusa para dormir la siesta.
Llueve porque los árboles se renuevan.
Llueve porque algunas personas necesitan llorar y es la ocasión perfecta.
Llueve porque queremos mirar películas y comer torta.
Llueve porque el mar se aviva.
Llueve porque no hay nada con mas pasión que un beso bajo la lluvia.
Llueve porque nos gusta atrapar gotas con la lengua.
Llueve porque el sexo es mejor con los cuerpos húmedos.
Llueve porque es una música tranquila.
Llueve porque todos comentan la lluvia por varios días.
Llueve porque necesitamos un cambio, como la ducha fría cuando estamos mal.

Yo no le encuentro otra lógica.

Lluvia

Me mojo. Llueve terrible.
Aunque tengo paraguas me mojo.
Y Mr. F preguntaba indignado porque llovía, y no lo entendía.
Me mojo. Pise un charco.
El zapato embarrado, una cara conocida se refugia bajo un techo.
Me sonríe, cruzo, saltando el charco menos pequeño.
Igual lo piso. Mis piernas no son de atleta.
Me dice que saldré volando como Mery Poppins.
Río. Me mojo.
Cuesta caminar, el viento me da vuelta el paraguas, rompiendo una varilla.
Un auto me salpica, me baña, de zapato a gorro de lana, porque solo un desquiciado andaría en pies un día como hoy.
Llueve. Alertaron temporal.
La baldosa floja.
¿El Chichi pensara que llueve porque escupen chinos en Corcova?
¿Pablo 1 seguirá negando la existencia de la misma?
¿B, en su hogar, en su no-hogar, detrás de la ventana, pensara que es porque esta prohibido?
¿Rodrigo pensara que yo pienso que llueve porque los pobres tienen sed?
¿O serán solo pensamientos volátiles, duraderos como las gotas que se escurren por la alcantarilla?
No se, solo se que llueve y me mojo.
Llueve desde la mañana, y los porteros no baldearon la vereda.
Llueve, y una vieja pasa paseando su perro en pantuflas.
Yo espero a que cambie a verde.
Y me encuentro con el ex verdulero de la esquina, le comparto un poco de paraguas,
Al menos por el tiempo que dura el semáforo no se mojo.
Llueve, y todo negocio esta cerrado, llueve y quiero comprar pan.
Llueve, y una gran ráfaga me eleva un poco, llueve y el muchacho conocido, que no es tan conocido porque si fuera así al menos recordaría su nombre, tenia razón…
Me elevo por el aire cual Mery Poppins, me elevo, me voy, me vuelo.
En esta noche lluviosa, me voy, por el cielo gris casi negro encapotado.
Espero final feliz, como Mery claro.
Me vuelo, en la lluvia, me vuelo.
Hasta luego, ¿o adiós?

un dia, tan solo uno mas

En la facultad dan una película italiana. Del ´40 censurada.

Post charla de la infancia.
Ella de pequeña golpeaba a los débiles.
Inocentes, con anteojos.
El guardapolvo rasgado, el pecho escupido, los anteojos rotos.
No sabía silbar. Se excusó.

Los hermanos recuerdan travesuras ¿teníamos un engendro te acordás?
(Ahí perdí conexión con la conversación imaginando marcianos en formol)
Vi Aliens 4 veces, va tres, uno resulto ser una luz de un edificio.

Se murió Michael Jackson,
La gente se alegro, fanáticos lloraron.
Otros no se enteraron…
Ella dijo no saber nada de la vida de M.J.

¿Qué me mirabas?
Yo no te miraba, si no viniste.
Estaba yendo,
Cuando me di cuenta que aun no me había levantado de la cama.

Una chica se droga con las pastillas con las que el psiquiatra droga a su madre.

El muchacho alto que anda en skate por las noches en su barrio,
Usando la luz del lavadero de autos, con permiso, no tenía plata para el bondi.
Dos rastas le regalan porro y plata.
Sonríe, y piensa, aun hay gente buena.

Bufandas de abuelos muertos residen en los cuellos de los jóvenes.
Generalmente, a cuadrille, colores oscuros.

Tengo una locura grave, o aguda… ¿Cómo se dice?
Esdrújula.

No se, solo se que el arte se rebaja en una esquina, a la mendicidad. Y mi hermana no lo entiende, a 400 Km. es difícil de explicar.

el auto de V


La ola se acerca sumisa, intrépida. Se anima tímidamente a mojar mis pies.
Ahora tengo un dejo de espuma sobre los pies fríos, inmóviles casi inertes. Ampolladas las plantas, crecidas las uñas de raíz.
Mi cuerpo esta roto, ya no quiere funcionar, todas sus partes están dañadas deterioradas.

En el arco iris se ven reflejados la multiplicidad de colores, las diferentes esencias perfectamente acomodadas a escala.
El sol hace ya algún tiempo que no sale a jugar en días de lluvia.

Las gotas van humedeciendo poco a poco mi cabeza.
Y los rayos dorados que calientan mi espalda son un perfecto contraste.
Estoy esperando verlo.

Saco granos de arena de mis zapatos.
Frena un hermoso y viejo auto.
La música que sale de la guitarra azul del chico de ojos verdosos que manejaba me introduce en una escena de una película francesa, como si la imagen se congelara, con la vista mirando al frente, y cambiaran de plano las secuencias que ocurren detrás. Es una melodía triste, decorada con su voz carrasposa y cambiante de tono y volumen.
Dentro, una mariposa, con mezcla de polilla mutante revolotea en el auto, golpeando su cara contra los vidrios empañados.
El con la mirada tranquila, descansando en el asiento trasero del auto, dibuja espirales en mi rostro, mientras juego a manejar con ese volante fino.

Vereda

Mi nariz gotea incansablemente, dos chicas se maquillan estrambóticamente en el cordón de una vereda.
Aun no entiendo la frase “mis palabras con pólipos”

La muchacha morocha, con su gran carisma que no necesita de narices de colores tiene la ropa sucia por el vaho de las antorchas.
Ella tiene a Sedna guardada en un bolso. Doblada, un poco arrugada.
La quiero de vuelta, aunque sea sucia y despintada.

La pelota rueda hacia la alcantarilla.
Esta al límite, ya al borde del abismo.
Una patada que raspa el suelo cual jugador de béisbol la salva de caer y perderse en aguas cloacales. (1)
Abstract 1: de chica siempre pensé que las cloacas que hay en las rutas eran pasadizos secretos usados en las guerras.

Por la misma vereda, pasa motorizada una familia en sillas de ruedas eléctricas.
Es un cuadro impactante.

En frente, una pareja de lesbianas abrazadas caminan a la par de una pareja con síndrome de dawn.
Los cuatro tienen igual estatura y largo de cabello.

Los helicópteros custodian la zona. Y remueven partículas de locura en el cerebro de ella, alterando sus sistemas mediante la audición.

Un travesti joven, recién salido del vientre alquilado cruza hacia la plaza.
Se interpone en la imagen un camión de basura.
Siempre quise andar en uno.

Irrupción de pensamiento. Un truco de magia acaba en mi oreja.

Una pareja realiza un asco sexual/acto sensual.

Ella dijo tener dolor de nalga, yo de espalda por tener la capucha puesta.
(Las ropas me hacen presión. A veces no me dejan salir, y me quedo atrapada entre las mangas.)

Hermosa visita, extrañaba el ruido de delfín que haces con tu boca.
Me voy completa, el pochoclero me regalo garrapiñadas.
Solo por sonreír.
Mama me dijo que estaba loca, el tío también.
Hay que disimular en las cenas familiares para no tentar la lengua de los adultos.

LPM reflection

De pronto se pone verde. Un ultimo adiós y salgo cruzando la avenida. Saltando de raya en raya, de línea en línea. Estirando mis piernas como atleta, de salto de garrocha, sintiendo los músculos calentarse al punto del próximo desgarro culpa de no ir a entrenar y quedarme en la plaza, en la otra, en la grande, lpm.
Fumando el tiempo, verde por cierto… tomando blanco dulce y unas rubias. Riendo, hablando recitales y free style en el aire. La música en boca, en grito de garganta post carraspera el humo. Las miradas sensualmente picaras. Tu voz, mi sonrisa. La llovizna que acecha de a ratos. Noticias noticias. El nuevo intendente, los candidatos, el presidente secuestrado en un país con calor y sudor, acá la nariz chorrea el invierno. Rebelión de los pueblos, se transforma a objetos de risas como Michael Jackson.
Recuerdos de marchas y manifestaciones, la cumbre, el saqueo al havana.
Y el estudiante repartió bombones a los compañeros.
De noches descontroladas, cestos prendidos fuego, tachos de basura pateados, vidrios rotos, amaneceres recostados en los arbustos, pérdidas de llaves…
El amigo ausente, ¿ataque de la gripe porcina? … la porcigrip, la gripe del chancho.
Suspensión de clases, dos semanas más dos de vacaciones hace al mes sabático.
Instrucciones de cocina casera, aprendiz del abuelo.
Películas de terror, la iglesia mastica sesos, amigos perdidos en rehabilitación. Membrillo membrillo membrillo. Abstinencia.
Tarde cultural. El verde que vuelve, el frío en el pecho, la bufanda de lana, cansancio en los ojos, caliente roja el alma.
También la sangre. La pelea feroz sangrienta de insultos y blasfemias. Rencores, borrachera temprana. La ropa estirada, el zapato perdido, la cara cortada… el parpado hinchado, las manos sucias, muy sucias.
Fueraadioschaubasta expulsado de la manada cual jauría. El rechazo.
Movimiento en la plaza, irrupción de silencio de calle nocturna, de bocina.
Se ven las siluetas perplejas, se acercan de a poco los niños intrépidos que jugueteaban tarde en la noche, en la plaza, un día de semana. Se ve que el encierro del día previo, temporal, nos afecto a todos.
Chismosos, se ocultan detrás de los árboles, espiando la secuencia. Escurridizos entre las luces se divisan sus siluetas cual duendecillos.
Unos adultos acuden, hablando con cuidado, despacio, con temor… simulando respeto.
No vaya a ser que liguen una ellos. Consejos de padre…
Una bandita de skaters mira hace rato, agita, pero a lo lejos, arriba de la otra rampa… como un fuerte, o una colina. Luego de un rato cruzan a nado la rampa y llegan algunos hombres valientes a hablar, preguntar, y conseguir una seca de paso.
Y el salivoso queda sentado, solo, sangrando .la mirada fija, el labio temblando, el moco tendido y la vena latiendo.
Nos vamos, juntos, desparramados, nulos, a pie pateando.
Miro mis manos vacías de victorias. Violetas, no por pintura, violeta la sangre congelada. La mano muerta, olvide su tapado de lana, de niños chiquitos prolijitos de colores varios.
Ya estoy en la esquina, el camino me inspira, me agita el tiempo, me ocupa el trayecto.
Llegue con la lluvia que hace rato amagaba, lagrimas derramaba, pero ya largo el sollozo.
Le puerta iluminada, llego. Carita mojada, la espalda torcida y la mirada turbia.