martes, 1 de septiembre de 2009

Transparente

El cigarrillo dormía sobre el cenicero, esparciendo su esencia en el aire.Dibujando el tiempo con su humo.
Mientras una música cantaba tranquila en el fondo del lugar
donde una rama golpeaba la ventana nocturna.
El hombre, reposado en su silla decía tener un corazón rígido,
ya que este había nacido en un duro lugar, donde todo era mas pesado, donde todo golpeaba, cortaba y dolía.
Dirigió su bello rostro, de piel suave y blanca hacia mí,
mis pupilas se hundieron profundamente en su sincera mirada,
olvidando el espacio que nos rodeaba.Luego de unos segundos, continúo con su relato,
ese que hablaba de su corazón de copa, una copa vacía.
Casi inexistente de tanta nada rebalsando.Muchas veces partida,
pero jamás había derramado líquido alguno.Y el se encontraba allí,
desnudo,
con frío,
adolorido por los golpes,
recogiendo una y otra vez pedacitos de copa, por todos lados…

Regados como lluvia por el piso.Como un estúpido.

Pegando cristal con cristal con sus transparentes lágrimas.Simplemente, para que esta se vuelva a romper.Allí se quedó, en silencio, tropezando con recuerdos.Tomé su mano, y lo dejé, tras la puerta,
vagando en la soledad de su habitación.
Creyéndose muerto.

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