sábado, 10 de mayo de 2008

Puente


hoy revolviendo mis papeles, encontre una fotografia, era de Aleana se la habia tomado hace varios años en un puente en Berna, Suiza. Ese invierno fue el mejor de mi vida.
Recuerdo la mañana que tome el avion en Ezeiza, el aire acondicioado me helaba los huesos.
la azafata me recomendo comer chicle para que no se me tapen los oidos.Cinco de frutilla.
llegue a Berna, nevaba y yo con valija de rueditas.
no conocia el idioma, mi gorro de lana y yo vagamos por la ciudad largo rato
entre a una confiteria a calentarme los nudillos y el alma.
como pude oredene un cafe. la mesera: Aleana
Aleana, labios rojos paspados.Aleana, su pelo morocho,desprolijo y corto, un flequillo mal cortado y unos ojos grandes, grises profundos pero vacios.
se tropezo y derramo el cafe sobre la mesa. Nerviosa repetia palabras en un idioma que no conocia, la tranquilice y al traerme otro la invite a sentarse. Acepto.
la dueña le dio una mala mirada y se levanto disculpandose.
Sali al terminar y me sente en un banco de la plaza de enfrente, a observarla.
Cuando termino su jornada fui a buscarla, comprendio que no tenia donde ir y caminamos un rato hasta llegar a una casita vieja, verde y acojedora.
prendio la ornalla y al ser chiquita se calento enseguida. con miradas comprendiamos todo. No hacia falta decir nada. Su sonrisa fue una de las cosas mas lindas que vi en mi vida. Nos desvelamos, el cafe hacia efecto.
Al dia siguiente recorrimos la ciudad, conoci bosques profundos y lugares hermosos.
LLegamos tarde a la noche, con nieve en los zapatos y un hambre que nos retorcia las tripas.
Nos besamos, descubrimos nuestros cuerpos al reflejo de las velas. Su cuarto, colchon en el suelo, paredes escritas, fotos y cuadros. Su gato observaba la escena silencioso parado en la puerta.
Las persianas sin bajar y los vidrios empañados. Mis manos frias y temblorosas recorrian su espalda.
SOneria, siempre sonreia.
a la mañana siguiente desayunamos, y la toz que la venia acompañando esos dias se habia acrecentado. Note que no la podia controlar.
Con ese ritmo de vida convivimos unas semanas. Aprendimos el lenguaje cotidiano, pasabamos las tardes en bosques o tirados en el colchon. Comiamos en las plazas bajo los faroles y nos ocultabamos de la gente como niños jugando a las escondidas.
Unna mañana me levante, fui a buscar leña y cuando volvi sobre la mesa estaba el desyuno, una carta y una foto de Aleana, de una tarde que se la tome en el puente.
se me nublo la vista, mis manos temblaban y con el corazon en la boca lei la carta.
Lo imaginado, Aleana estaba enferma, se habia ido para que yo no la vea morir. Me habia dejado todo, pero fui muy debil para quedarme.
La casa hoy esta cerrada, deteriorada, oscura, vacia y fria, muy fria, no tiene el calor de ella.
Nunca supe si murio, o si me mintio, quiero creer que su sonrisa esta brillando en otro lado, alegrandole la mañana a un turista en algun cafe.
y yo, sentado en el piso, los papeles tirados, y el gato ronroneando en mi regazo.

1 comentario:

Will dijo...

Es muy buena. Espectacular.
Segui con tu carrera! (o;


Will