lunes, 22 de diciembre de 2008

Aristóbulo



Tenes un perro en la vereda, dijo.
Si! Y un gato en la alacena, un ratón en la basura callejera, y un loro en la heladera!,
Exclamo.
Y al no encontrar ninguno, se fue a la plaza, bajo un farol a besar a su chica de flequillo rubión, desparejo.
Cuando la boca comenzó a secarse, cruzaron al bar de enfrente.
Con paredes de ladrillo, una luz importante en la mesa, donde bebieron y sacaron fotos.
Pasaron las horas, y la gente fue desapareciendo. Sin notarlo.
Se levantaron tranquilos de la mesa, ella tomo su saco cuadrille, y el tomo el ultimo trago que quedaba en el culo de la botella de cerveza. Rubia también.
Fueron a su departamento. Subieron en el ascensor sin hablar, solo mirándose a través del espejo.
Sonrisa, y ojos trasnochados.
Ingresaron. El ambiente olía a flores añejas.
Silencio. Silencioso. Silenciacion.
Recostaronse en el sillón blanco. Besaronse. Desnudaronse.
Y al terminar la velada, ella cogio nuevamente su saco cuadrille y se despidió con un beso abrasador en su mejilla izquierda.
El se hizo un licuado de banana, y fue a su cuarto, donde bajo las fotos a la computadora, y edito.

2 comentarios:

Nicolás Pedretti dijo...

muy bueno lu, sobretodo el comienzo

Will dijo...

excelente, hacia tiempo que no me pasaba por aca.
Feliz Navidad y un mejor año para el que venga. =)