lunes, 6 de julio de 2009

hombre descalzo es

Ese día fue un algo así como un no día.
El hombre no se sentía, desde dormido.
No tenía sueño para seguir durmiendo, tampoco estaba activo para abrir sus ojos. Ni sentía hambre, sed, o ganas de hacer pis como para inquietarse.
Finalmente se levanto a una hora mediana en la mañana. Pero sin reales ganas de levantarse, tampoco enojado por sentir fatiga y ganas de seguir en cama
El mate no tenía gusto., las galletas que usualmente llamaban su atención y despertaba el azúcar sus papilas gustativas tampoco tenia gusto alguno. Parecía no surtir efecto.. Sus manos temblaban, pero el no sentía profundo malestar. Tampoco se sentía vital como de costumbre. Mas bien, no se sentía.
Así paso el día. Bebiendo agua. Golpeándose. Apretando sus manos. Probando comidas y frutas. Pero nada pasaba.
Salio de paseo, no sentía frío, pero era conciente que estaba en julio, tampoco sentía calor como para desabrigarse.
Fumo verde, pero su mente no se elevaba. También un atado convencional, pero sus pulmones nada decían. Bebió alcohol, pero su estomago no sintió calor. Fue al kiosco por una gula, como la rutina cotidiana, pero no sentía hambre, tampoco dolor de panza ni dulcera en la lengua. Ni siquiera satisfacción mental al ver el dulce de leche.
Llego al hogar, se calentó comida salada, del día anterior, pero tampoco surtió efecto.
Se desabrigo, se descalzo. Y en el instante que sus dedos tocaron el piso frío reaccionaron sus piernas, subiose un escalofrío a las rodillas.
El hombre, se saco las medias para sentir aun mas. Un cosquilleo recorrió sus músculos, sus muslos y abdomen, y también comenzó a funcionar su cabeza, sus sentidos se activaron creando un torbellino en su interior.
El hombre arranco la alfombra a ver que sucedía. Ahí entonces todo parecía elevarse a mayor potencia, las ansias, las fuerzas, los sentidos se agudizaban aun mas.
El hombre se tiro por el balcón, desesperado. Pero no murió, callo parado cual gato que tacha una vida perdida.
Corrió, salto, grito. Se metió en el agua de la fuente de la plaza. Corrió desnudo por las calles y jardines. Y salto de cantero en cantero x la peatonal.
Volvió a sus raíces, trepo una palmera de la costa. Entre el semáforo y la avenida.
La gente alarmada mira, los padres tapan los ojos de los niños, los ancianos creen alucinar. Y los jóvenes toman fotografías. Los policías toman acción poniéndose en papel de héroe, y se lo llevan, con machetes y sirenas. Entre placas y golpizas.
El hombre era un despojo de su tierra, mas bien no era. Y en ese entonces fue, y no se le permitió ser.

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