lunes, 6 de julio de 2009

Niebla


Avenida nocturna, plagada de locales cerrados.
Nos adentramos a una vulva blanca, donde múltiples ojos nos observan.
La fatiga se siente en el pulpito de nuestras venas.
Una mujer con ojos de hobbit voltea, en su piel de agua nieve se forma un surco al sonreír.
Hoy no estoy para cuentos fantásticos.
Un relámpago resquebraja el cielo.
La boca mastica, de pronto se cae, se desgrana, se en migaja.
Desparramando células, y cromosomas.
La rebeldía se pega en la suela de los zapatos.
Jamás regresamos.
Necesitamos huir
No es exageración, es salud.
Aparece el muchacho de ojos verde agua, asustado,
sus toboganes púrpuras crónicos están aún mas notables.
Nos acompaña. El y su hipo.
tres horas, el y su hipo.
Se concentra, respira, se olvida, trata de.
El y su hipo.

Una niebla espesa reposa en la ciudad.
Guantes húmedos.
Volvemos al hogar, a sacarnos la mufa de los poros.
A eliminar las toxinas de la energía sobre el suelo.

No hay comentarios: